Facturas pendientes: tu negocio se resiente

Cuando un cliente no paga las facturas pendientes tu negocio se resiente. No solo por lo que dejas de ingresar, sino porque de pronto no puedes hacer frente a los pagos con proveedores o empleados. Es una situación compleja por lo que es necesario tener claro cuáles son las medidas a tomar en estos casos.

Sobre todo hay que tener en cuenta que España es un país con un alto nivel de morosidad. Según un Estudio de Gestión de Riesgo de Crédito, cerca de 85.000 empresas españolas están en peligro de cerrar por el impacto de la morosidad sobre su negocio. Lo mismo ocurre con los autónomos, otro de los colectivos más vulnerables. Según los últimos datos publicados por la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), un 39,21% de los autónomos ha padecido algún impago en 2019 y, de estos, un 20% tardará más de seis meses en cobrar.

¿Cuándo se considera una factura impagada?

Se considera que una factura está impagada cuando el cliente excede el plazo de pago acordado previamente. En algunos casos el pago es inmediato, en otro asciende a 30 días o incluso a 60 (este debería ser el máximo según la ley).

Para tenerlo claro y asegurarte el cobro de tu trabajo es importante que incluyas en cada factura la fecha de vencimiento de la misma. Cualquier retraso con respecto a la fecha indicada hará que esa factura se considere impagada.

De todos modos, te recomendamos que no esperes a la fecha límite para enviar algún que otro recordatorio amigable a tu cliente para hacerse saber que la fecha de pago está próxima.

¿Cuáles son las consecuencias de tener facturas pendientes de cobro?

Imagina que un cliente se retrasa en el pago de la factura y te informa de que no va poder asumir, en ese momento, ese coste. ¿Qué consecuencias tiene sobre tu negocio?

Esta problemática tiene un impacto directo en el funcionamiento de cualquier empresa. Al final, si no entra dinero es difícil continuar la actividad con normalidad. Algunas de las principales consecuencias son:

  1. Pérdida de ingresos:
    Cuando una empresa contrae una deuda con un proveedor la previsión de liquidez se resiente; sobre todo cuando hablamos de pequeñas pymes o autónomos que depende de un menor número de clientes.
  2. Insolvencia:
    Un gran número de facturas sin cobrar significa, en muchas ocasiones, insolvencia. Esto implica que la pyme o el autónomo no puede hacer frente a sus facturas pendientes lo que produce una especie de onda expansiva de impagos e insolvencia sobre otras empresas.
  3. Limita el crecimiento:
    Un negocio en el que no entra dinero no puede crecer. Cualquier tipo de inversión se sustenta en unos ingresos, desde la contratación de nuevos perfiles hasta la compra de material.
  4. Pone en riesgo la continuidad del negocio:
    El cierre del negocio es una de las peores consecuencias posibles pero que se puede dar si se acumulan un gran número de facturas impagadas. Si no cuentas con otros recursos financieros con los que sostener la actividad, podrías verte obligado a echar el cierre.

¿Qué hacer si tu cliente no te paga?

Cuando un cliente no paga sus facturas, y antes de encontrarse en una situación de riesgo, puedes llevar a cabo algunas acciones.

  1. Incluye una penalización por retraso:
    A la hora de negociar las condiciones de pago, puedes incluir en tu factura un descuento por pronto pago y un penalización por retraso. En ambos casos puede ser un pequeño porcentaje sobre el total de la factura.
    Esto hará que los clientes cumplan con los plazos acordados y, en caso de retraso, que tú recibas una cantidad extra “por las molestias”.
  2. Negocia con tu cliente un sistema de pagos:
    Si tu cliente está pasando por problema de liquidez, trata de negociar con él un sistema de pagos beneficioso para ambas partes. Podéis fragmentar el pago de la factura en tres veces, por ejemplo, lo que resultará más sencillo para él y tú podrás recibir tu dinero.
  3. Contrata financiación digital a corto plazo:
    Hoy existen nuevos productos financieros que te permiten anticipar el cobro de tus facturas emitidas pendientes de vencimiento y de cobro.
    Una de sus mayores ventajas es la inmediatez, pues podrá ser contratada directamente desde tu software de facturación y contabilidad, evitando así papeleos innecesarios.
    Además, este tipo de producto financiero, al ser totalmente digital, tiene las condiciones más ventajosas del mercado, pues no tienen más comisión que la de apertura.
    Es un instrumento de financiación muy útil que te permite obtener liquidez inmediata sin asumir riesgos bancarios. Esto es especialmente interesante si tenemos en cuenta que, hoy en día, el plazo medio de pago entre empresas es de 80 días.
  4. Pon en marcha un proceso monitorio:
    Cuando has agotado todas las vías amistosas para la reclamación de una factura pendiente, puedes iniciar un procedimiento monitorio. Se trata de un proceso de reclamación de deudas, siempre que éstas reúnan una serie de requisitos, avalado por la Ley de Enjuiciamiento Civil y que se lleva a cabo en los tribunales civiles.
    En todo este proceso de reclamación de deudas, lo más importante es garantizar la solvencia de tu empresa y buscar soluciones para poder mantener la actividad de tu negocio. La morosidad es un problema muy común por lo que tendrás que estar preparado.