¿Podemos cuidar el medio ambiente?

¿Por dónde empezamos?

Reducir el consumo

Piensa en todas las cosas que consumes en un día o una semana determinada. ¿Qué puedes usar menos? Seguro que hay cosas que puedes usar con menor frecuencia o de forma diferente para evitar desperdiciarlas.
Veamos algunos ejemplos.

Menos productos desechables.

Usa menos toallas y servilletas de papel. Utiliza de tela, más baratas y menos dañinas para el medio ambiente. Menos productos desechables, es sinónimo de menos basura.

Di no al agua embotellada.

Considera la opción beber agua del grifo.  Si no te gusta el sabor del agua que sale de tu grifo, considera la opción de utilizar un filtro para el agua, eso sí, de bajo coste. Dependiendo de la cantidad de agua embotellada que bebas, este cambio puede significar un enorme ahorro. Por no mencionar el impacto positivo sobre el medio ambiente que significa reducir el número de botellas de plástico que salen de tu casa.

Conservar

Al conservar los recursos, no solo estás ayudando a asegurar que seguirá habiendo aquellos que son escasos, para las generaciones futuras sino que a la vez ahorras dinero.

Agua.

Cierra el grifo siempre que te cepilles los dientes. No te bañes, dúchate. Usa la lavadora y el fregaplatos a carga completa, no a media carga. ¿Las ventajas de todo esto? Reducir las facturas del agua y un planeta más feliz.

Energía.

Baja el termostato un par de grados. Ajusta la temperatura de tu calentador de agua a una temperatura normal. Organiza tus desplazamientos en coche para conducir menos y por lo tanto gastar menos gasolina.

Alimentos.

Planea las comidas para desperdiciar menos alimentos y hacer menos viajes a la tienda. Si puedes, cultiva tu propia comida. Tener tu propio huerto, no solo te ahorra dinero en comida sino que también mejora el medio ambiente.

Recuerda que la mayoría de las veces, una vida frugal es sinónima de  ecológica. Reutiliza todo lo posible. Cuando compres productos nuevos, trata de que sean más eficaces en su función. Y por supuesto, recicla.