A veces encuentras un proyecto donde todo parece encajar, respeto, sencillez y apoderamiento, con los se coincide tanto, que reconocerlo parece no cumplir con alguno de ellos.
Para una empresa, no hay valores mejores, ni peores, simplemente hay que vivirlos. La simplicidad e importancia que estos tres valores tienen, pueden garantizar el desarrollo del trabajo en equipo y sin duda pueden ser la base para alcanzar los objetivos que la empresa se proponga.
Es cierto que cada persona tiene una importancia clave en el equipo, sin la participación de cada una de ellas, el trabajo en equipo no tendría sentido, cada persona posee un conocimiento y habilidades únicas para alcanzar el éxito, sin embargo, es la suma de todos los conocimientos y mejor aún, el enriquecimiento de cada uno de ellos con los de los demás, lo que, en mi opinión, dan lugar a la excelencia.
Crear equipos no es una tarea fácil, es la suma de muchos pasos pequeños, es la apuesta porque todos trabajemos de forma eficiente y, lo que es más importante, porque trabajemos juntos. «Reunirse, es un comienzo. Mantenerse juntos, un progreso. Trabajar juntos, es el éxito». (Henry Ford)