Si el pasado mes de marzo fue el bloqueo del Canal de Suez durante casi siete días lo que volvió a poner el punto de mira en los fletes, ahora han sido los problemas en el puerto chino de Yantian lo que está poniendo en jaque a importadores y exportadores. Las terminales de esa ciudad son las principales del que se considera el tercer mayor complejo portuario por contenedores de todo el mundo, el de Shenzhen.
A finales de mayo las autoridades chinas detectaron un brote de Covid y decidieron implantar cuarentenas y controles que han hecho que los muelles del gigante portuario operasen a menos del 30% de su capacidad. Un nuevo atasco que ha vuelto a tener un impacto directo en los fletes marítimos, que se han multiplicado por más de cuatro desde febrero del año pasado, según refleja el Índice de Contenedores de Carga de Shanghái (SCFI), el que se toma como referencia en el sector.
Los costes del transporte marítimo siguen sin dar tregua a las empresas cuyas cadenas de suministro y exportaciones dependen de los barcos. La reactivación del comercio mundial tras la pandemia provocó una sobredemanda que inició un alza desbocada de los precios que ha llevado a un encarecimiento del coste del transporte marítimo de un 328% desde marzo del año pasado.En concreto, la patronal de la reforma ha destacado la labor del comercio especializado a la hora de convertir la rehabilitación en un producto de consumo para no supeditarla por completo al reparto de los fondos, máxime teniendo en cuenta que la tasa de renovación del parque edificado se encuentra actualmente un 93% por debajo de su potencial, es decir, aquel en el que se logre un punto de equilibrio entre envejecimiento y renovación.
Unos precios disparados que además tienen una evolución dispar según las zonas geográficas. «En determinadas rutas, el coste de mandar un contenedor de cuarenta pies que antes de la pandemia era de algo más de 800 euros ahora ha pasado a más de 10.000 euros«, las líneas marítimas internacionales con Estados Unidos son las que encabezan esas subidas.
En principio, los puertos españoles no esperan grandes impactos en sus tráficos a corto plazo por el caos en Yantian. Desde la Autoridad Portuaria de Valencia explican que la mayoría de la carga de las terminales chinas se dirige a Norteamérica y Europa del Norte, frente al Mediterráneo. Desde el primer puerto español de contenedores también señalan que las grandes navieras ya han anunciado reprogramaciones de sus rutas y escalas para atenuar el efecto embudo en el puerto chino.
No parece que esta situación vaya a tener fácil solución en el corto plazo. En el sector dan por descontado que el alza en las tarifas de los fletes continuará durante los próximos meses, ya que la demanda sigue siendo alta y los atascos en la cadena de suministro aún no se han resuelto. Además, la temporada alta del transporte de contenedores está por llegar y los fletes seguirán al alza, si bien apuntan a que los niveles récord que se están viendo en la actualidad serán difíciles de mantener y podría vivirse una situación muy similar a la que ocurrió justo antes del atasco en el Canal de Suez, cuando los precios comenzaron a moderarse lentamente, tratando de recuperar posiciones perdidas meses antes.
Los retrasos también repercuten sobre los costes, lo que encarece aún más los movimientos de contenedores y se traduce en un aumento de precios también para el producto final. El impacto en los costes del transporte se está dejando notar especialmente en sectores que mueven materiales de poco valor y que ocupan mucho espacio.
El alto coste del transporte desde Extremo Oriente incluso está provocando que se esté trasladando el aprovisionamiento de este tipo de cargas a zonas geográficas más cercanas y con otras alternativas de transporte, como Turquía y países del Este.