1. Evita el multitasking.
En realidad, no podemos hacer varias cosas a la vez, al menos si se trata de algo importante de verdad y que requiera nuestra máxima atención.
¡Reconócelo!
2. Cuida tu entorno.
Busca un lugar en el que te sea fácil concentrarte, identifica tus ladrones del tiempo y controla aquello que te despista. En ocasiones, por ejemplo, será mejor que apagues el móvil o lo pongas en silencio durante un buen rato.
¡Pruébalo y verás!
3. Pon límite temporal a las tareas.
Determina qué tiempo necesitarás para cada una. Al principio será complicado, pero poco a poco irás siendo más realista con la dedicación que cada cosa requiere. Esto te ayudará a organizar mejor tu tiempo.
4. Agrupa las tareas similares y sistematízalas.
Por ejemplo, realiza todas las llamadas telefónicas que tengas en un mismo periodo de tiempo, o imprime todo lo que tengas que imprimir de una sola vez. Además, desarrolla formas o procedimientos para hacer que las tareas más rutinarias te requieran cada vez menos tiempo.
¡Automatiza!
5. Haz primero lo que no te gusta.
Requiere mucha voluntad, pero piénsalo bien…Estarás más fresco, más concentrado. Si empiezas por lo que más te gusta, acabarás por dedicarle incluso más tiempo del que necesita, y te irás cansando poco a poco para lo que menos te gusta.
¡No caigas en la trampa!
6. Si surge algo fácil y rápido, ¡hazlo ya!
Ni lo apuntes, porque seguro que pierdes más tiempo en eso que en hacerlo de inmediato.
7. Evita caer en el perfeccionismo.
«Lo ideal es enemigo de lo bueno», reza un dicho popular. Así que cuando estés haciendo una tarea, pregúntate si estás siendo demasiado exigente contigo, pues lo mismo el nivel de excelencia que necesita dicha tarea,
¡ya la tiene!
8. Aprovecha los recursos y herramientas a tu alcance.
Afortunadamente, la tecnología nos brinda muchas aplicaciones que puedes aprovechar para ser mucho más eficiente. ¡Sé curioso y busca aquellas que te faciliten la vida! Por ejemplo, un calendario o agenda on-line, alojamiento en la nube de tus archivos, plantillas para gestión de proyectos, etc.
9. Reserva espacios de tiempo para planificar y organizar.
Haz seguimiento de lo realizado, de lo que aún tienes pendiente, de lo que ha surgido y no habías tenido en cuenta… Esto te requerirá en ocasiones tener que replanificar y reorganizar, pero cuanto antes asumas que gestionar lo que haces en tu tiempo es una constante y que los cambios son algo habitual en nuestro día a día,
¡antes desarrollarás esta competencia!
10. Reconoce tu curva de energía y mantente en forma.
Por último, también es importante que conozcas bien tus biorritmos, sabiendo identificar cuándo rindes mejor y cada cuánto tienes que parar a recargar las pilas. Y por supuesto, no olvides llevar una alimentación sana y practicar algo de ejercicio, esencial para tu nivel de concentración y productividad.
¿Preparados? ¿Por dónde empezamos?