La jornada se presenta de nuevo cargada de tensión, con la resaca aún del desplome de Wall Street y de la debacle del petróleo. El precio del crudo gira al alza, y los futuros de las Bolsas europeas intentan una mayor estabilidad, al igual que sucede en un Ibex que trata de ahondar los mínimos que registró el pasado lunes.
158 países han registrado ya algún caso de coronavirus. En total, el número de contagiados a lo largo del mundo asciende ya a cerca de 220.000 y sigue en aumento cada día. De esa cifra, más de 8.000 personas han fallecido a causa de este virus, mientras que hay 84.000 que lo han superado.
Los almacenes de venta al cliente final, autoservicios, showrooms y tiendas a pie de calle han sido cerradas por el nuevo decreto. De este modo, los grandes superficies de materiales, ferretería y bricolaje han echado el cierre a toda su red comercial, como es el caso de la líder Leroy Merlin, Bricomart u otros operadores. No obstante, las firmas de distribución de materiales al cliente profesional, la venta mayorista, pueden continuar con su actividad. Algunas de ellas mantienen abiertos sus centros y almacenes con todas las salvedades que las nuevas restricciones exigen, como es el caso de Saltoki y Salvador Escoda. Otras muchas cadenas como La Plataforma o Distriplac, por citar un par de ejemplos, han bajado la persiana a sus almacenes, pero mantienen toda la operativa logística y el servicio de entrega de materiales en obra. Muchas compañías están implementando servicios de recogida, transporte a obra, venta on-line, líneas especiales de teléfono y otras medidas. Algunos de los materiales, integrados en la cadena de suministro de instalaciones y mantenimiento, podrían incluso entrar en la categoría de primera necesidad y requeridos de forma urgente para el funcionamiento de servicios del ámbito sanitario o de la alimentación.
En cualquier caso, y de cara al futuro previsible y las posibles consecuencias, la alta morosidad que sufre tradicionalmente el sector se perfila como uno de los problemas principales que tendrán que afrontar las compañías. El prolongado periodo de pago que se da en el sector de construcción hace que las firmas de distribución, y las subcontratas de construcción en general, otorguen un escaso margen de resistencia para situaciones como la actual, siendo uno de los principales retos que afrontarán en los próximos meses.